En el mundo hay más 700 millones de personas que no tienen acceso a agua potable, un número similar a la población de Europa y aproximadamente 1 de cada 10 personas en todo el mundo.

No disponer de agua potable accesible es el origen de un enorme número de problemas. El consumo de agua contaminada es la primera causa de mortalidad en el mundo. Se estima que el 80% de las enfermedades en las comunidades más pobres del planeta se transmite a través del agua sucia y que, según World Water Council, 4.500 niños mueren cada día por falta de acceso al agua limpia.

Pero la falta de agua potable accesible no es solo un problema sanitario. Miles de personas, en especial mujeres y niñas, han de caminar decenas de kilómetros a diario y cargar pesados bidones sobre sus espaldas de un agua que, en muchas ocasiones, ni siquiera cubriría los estándares de calidad exigidos en otros lugares del mundo. Además del enorme esfuerzo físico que supone, resulta que esta es la principal tarea en la que ocupan su tiempo, hasta 40.000 millones de horas al año en todo el mundo, lo que les impide realizar otras actividades como trabajar o estudiar. La falta de agua potable es la pobreza material más grande que existe.

Desde AUARA, decidimos hace unos años que queríamos dedicarnos a luchar contra esta realidad, desarrollando proyectos de acceso a agua potable en los lugares más pobres del planeta, para cambiar la vida de las personas más vulnerables. Pero decidimos hacerlo de una forma distinta, a través de una empresa social, un concepto que descubrimos en el mundo anglosajón, y que para nosotros tuvo mucho sentido.

Pero, ¿qué es una empresa social? Se trata de una organización que, teniendo un modelo de negocio rentable y sostenible, existe para generar impacto positivo en el mundo y solucionar algún problema. En nuestro caso, el problema estaba claro, la falta de agua potable. Así que decidimos que el modelo de negocio se basaría también en el agua: montaríamos una marca de agua mineral que se vendiera con el fin de financiar los proyectos de acceso a agua potable. Y eso es AUARA, una marca de agua que destina el 100% de sus dividendos a proyectos de agua. La idea es que, comprando AUARA en España, cualquier persona de una manera sencilla, ayuda a que haya agua potable en otros lugares del planeta.

Además, con la idea de no cargarnos el planeta por el camino y después de mucha investigación, conseguimos fabricar por primera vez en Europa botellas de plástico 100% reciclado, es decir, en lugar de producir plástico nuevo, le damos una segunda vida al que ya existe para que no acabe en la naturaleza.

Lanzamos la marca al mercado en septiembre de 2016, entrando en el sector del agua y en un entorno de gran consumo muy competitivo y complicado. Pero en dos años y medio hemos conseguido establecer la marca a nivel nacional, abrir grandes clientes en todos los canales y sobre todo generar un impacto que hoy se traduce en 37 proyectos en 15 países que abastecen de agua a más de 22.000 personas. Y además, hemos reciclado más de 6 millones de botellas de plástico, que son más de 140.000 kg de plástico.

La idea de una empresa social es generar impacto positivo de manera sostenible y rentable. Y junto a este concepto, surge la inversión de impacto, un tipo de inversión que está creciendo de manera imparable en los últimos años y que busca combinar una rentabilidad económica con una “rentabilidad social”, es decir, que la prioridad única de la inversión no sea solo la rentabilidad económica, sino el impacto social también. Las empresas sociales y la inversión de impacto son fenómenos imparables. Estamos en su origen, pero esta realidad ha llegado para quedarse.

Para ampliar información disponemos de nuestra web www.auara.org

Texto de Antonio Espinosa de los Monteros, CEO de AUARA

________________________________________________________________________

Fortium Family Office es una empresa colaboradora de AUARA