Muchas veces buscamos, a veces sin resultado, la forma de ayudar a construir un mundo mejor. Hace un par de semanas mientras escuchaba en la radio a la responsable de la campaña de UNICEF sobre el testamento solidario, pensaba en aquellas personas a las que les toca decidir sobre el futuro de su patrimonio. En la entrevista explicaban que el testamento solidario puede ser una gran opción para construir un mundo mejor.

Escuchando la entrevista recordé aquella expresión de “cada familia es un mundo”. Estamos acostumbrados escuchar a personas que hacen sus testamentos y dejan sus patrimonios a sus descendientes. Pero… ¿qué sucede cuando no hay descendientes? ¿o cuando no quieres dejarles la totalidad del patrimonio?

A continuación voy a poner dos ejemplos sobre el testamento solidario

Pongámonos en situación. Una persona mayor que no tiene descendientes y está decidida a hacer un testamento para aclarar el futuro de sus bienes. ¿Conocemos a alguien así? En este caso, una buena opción sería el testamento solidario, ya que, de esta forma, su patrimonio, con independencia del tamaño que tenga, irá a parar a una buena causa.

Esa misma persona del ejemplo anterior podría tener descendientes, pero podría no querer dejarles todos sus bienes. Supongamos que tiene tres hijos y que quiere dejar una casa a cada uno. Sin embargo, le sigue sobrando una parte del patrimonio con la que no sabe qué hacer. Este sería otro modo de poder destinar una parte a causas solidarias a través del testamento.

Una “sucesión de generosidad”. Así podríamos llamar a esta causa promovida por UNICEF, que promueve la generosidad para diferentes proyectos.

¿A qué nos referimos cuando hablamos de testamento solidario? Muchas veces, cuando hablamos de testamento solemos pensar en inmuebles. Pero no cubre solo esta parte. Pongámonos en la situación de una persona que decide donar dinero. Esos recursos irán íntegramente destinados a vacunas contra la polio o contra el sarampión. Si la persona decide donar su casa esta servirá como escuela o como guardería o como hogar para menores sin familia. Y si fuese el caso, se venderían los bienes incluidos en la herencia y se utilizaría el dinero resultante.

Por lo tanto, no tener herederos, querer repartir el testamento más allá de los miembros de la familia, tener ya un testamento creado o no tener un patrimonio muy grande, no son excusas para no contribuir con esta acción.

Lógicamente, más allá de la acción solidaria deben vigilarse determinados aspectos civiles y fiscales. En algunos casos habrá que plantearse qué conviene más, si ceder el patrimonio vía herencia o legado; en todos, será necesario analizar la forma jurídica que reviste la asociación o fundación a quien vamos a traspasar nuestros bienes, pues de ello podrá depender la futura fiscalidad de lo entregado.

En Fortium tenemos un equipo especializado que podrá ayudarte en todo lo relacionado con herencias y con la sucesión de tu patrimonio y esperamos poder servirte de ayuda en todas las cuestiones sucesorias que se te puedan plantear.

Álvaro Mariscal
Fortium Family Office